Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



martes, 7 de noviembre de 2017

LIBROS QUE VOY LEYENDO: "La Torre Tesla" de Rubén y Juan Vicente Azorín.

"La incertidumbre es el mayor temor de los gobernantes y sus agencias luchan desde la sombra contra todo cambio"



Esta va a ser, debe ser una reseña breve y desilusionada; porque, a mi juicio, el valor de la presente novela no exige un reconocimiento o comentario mayor, solo el acorde a su calidad, escasa, o la que no obliga a otra alusión o extensión benevolente o generosa, ni por lo que respecta a su aspecto argumental y en absoluto al literario. No obstante, también tengo que decir, y respetar, cómo este género, llamémosle "indie" o "sub" lo que sea, tiene su público y aceptación. De hecho, reconozco que he vuelto a picar en el anzuelo, a no desconfiar de los presuntuosos best-sellers o de aquellos otros panfletos que gracias al machaqueo televisivo se venden como rosquillas,  en la exagerada publicidad y en su nimia expresión literaria (tal Jorge Javier Vázquez y otros de la jauría rosa y mediática); con caer en la garantía confiada, asegurada al caso, de encontrarme ante una extraordinaria novela, inédita, de acuerdo, pero muy comentada, con satisfacción, en las redes; y ajena a los intríngulis editoriales y de los que, sea como sea, casi de manera inconsciente,  tendemos a confrontarlos con el total apoyo a estas publicaciones independientes. Caí, además influido por un tema para mí fascinante, el del célebre científico Nikola Tesla y ese aire enigmático con el que siempre se le ha investido; y por cuanto la crítica o invitación admitían, asumían "per se", fehacientemente, la segura elección de una magnífica narración que hilvanaba a la perfección novela negra, thriller, ciencia-ficción y junto a cierto valor didáctico. Caí, piqué en el reclamo de las redes sociales, y ya en la lectura de los primeros capítulos del volumen me decepcionó, bastante.

"No es crimen matar lo que no existe"

Y es que "La Torre Tesla" (Autopublicación, 2017), de Rubén y Juan Vicente Azorín,  no ofrece esa visión alternativa de la realidad como preconiza o de la que se ufana; no es un relato de ciencia-ficción porque, salvo una ligera descripción de unos automóviles futuristas, no vislumbra nada  o no identifica al menos alguna de las características de un mundo futuro, ni por accidente; las referencias didácticas, históricas o documentales sobre Tesla son residuales, inconexas, de corta y pega, inadecuadas por anecdóticas; y para estructurar su formato de thriller policíaco, recurre a unos cuantos clichés propios del género, mas burdos e igual de forzados. Toscos, ordinarios tópicos trasladados a unos personajes planos, indefinidos, e incluso con su personaje principal, el detective Halcón, con el que en ningún momento empatiza el lector. Por otro lado, la trama no es que sea ágil, o trepidante, sino al ser concisa resulta rápida; desplegada a bruscos empujones, propia de esos seriales de calidad muy pasable, muy discreta; trama deslavazada, de giros bruscos e imprevistos, más que sorprendentes, sorpresivos; de ritmos, por tanto, obligados, cortados, desubicados, que resuelven con dificultad la lectura al perder al lector dentro de su fárrago confuso y entrompicado. Un estilismo narrativo simple, nada riguroso, casi ingenuo, en descripciones hueras y de huecos diálogos.

"Tesla ganó la guerra de las corrientes, pero la historia le otorgó todos los méritos a Edison y casi hizo desaparecer a Nikola. Una vez más el poder pudo contra la genialidad"

Sinopsis propia:

"De nuevo el autor nos ofrece su visión alternativa de la realidad, de la sociedad y de la ciencia, esta vez con formato de thriller policíaco.
Halcón, el nuevo personaje que conduce la trama, es un clásico detective que nos narrará su investigación en una aventura llena de ritmo y misterio. Una lectura cercana y atractiva que encierra un gran esfuerzo de imaginación, documentación y capacidad estilista.
Si a la oscuridad invocas,
y te aterra, tenebrosa,
suerte es que te equivocas
porque no es tan espantosa:
Una vela solo enciendas,
de todo el mundo la ahuyentas.
¿Cómo encajan unos poemas serbios con la supuesta construcción de un arma eléctrica clandestina?..."

No, no encajan, o no encajan como debería de hacerse con un mínimo de estructura narrativa adecuada y literaria. No me ha gustado esta novela. No la recomiendo. Aunque esto no quita que el relato, y este género, tenga sus entusiastas y a que esta reseña solo sea una opinión, mi opinión.

"... las primeras luces se convierten ante nuestros ojos en cientos de puntos de luz iluminando la noche como farolillos chinos. Creo que es hora de pedir un deseo"

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