Aquí estoy...

Como si fuese un discípulo de Borges, amo con derroche los atardeceres, los arrabales, algunos espejos de azogue interior, lo mítico y la desdicha. Me gustaría disfrutar ahora de la sencillez de la Belleza. Pero con sosiego. Aunque mis ojos, en un remedo de Terenci Moix, ya no puedan ver ese puro destello que me deslumbraba, aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor, acaso de lo mío que encuentro en mi Barrio, de la gloria mítica, no voy a afligirme, ni con la infelicidad, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo.



viernes, 13 de octubre de 2017

Un despiste osado.

Y es que sólo a mí, arriesgada inconsciencia, puede ocurrírsele, en Viernes 13 y con Halloween, Samhain o Víspera de los Difuntos a la vuelta de la esquina, pedir información en un contexto de incertidumbre a Freddy Krueger. La respuesta o indicación, salta a la vista, fue muy afilada, atenta y precisa. Al fin y al cabo puedo escribirlo, contarlo.


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